dilluns, 29 de novembre del 2010

El cambio ha empezado

Las elecciones del 28-N han abierto un nuevo escenario político. CiU y el PP ganan, PSC pierde, IC-V y Ciutadans resisten, ERC se derrumba, y Laporta emerge. En el bipartidismo mitigado que formaba CiU y PSC, los socialistas retrocedemos, damos un paso atrás.
Los resultados electorales en Catalunya van en sintonía de lo que se viene observando en otros comicios en Europa. La socialdemocracia europea no para de sangrar, de perder apoyo electoral. Muchas de las recetas socialistas ante la crisis han pretendido atacarla con más mercado, con las mismas prácticas que la ideología liberal. Ante ello, muchos electores se quedan descolocados, abandonan y pierden su confianza en nosotros. Se genera una desbandada del tradicional apoyo electoral socialista. Unos se dejan seducir por los cantos de sirena de los partidos de derecha, otros se van a partidos exóticos, singulares o, simplemente, a la abstención. Catalunya no es diferente.
Las elecciones del 28-N han dado como resultado un desplazamiento hacia la derecha, una nueva polarización entre nacionalismo catalán y español, y la emergencia de nuevas fuerzas y caras políticas. Nunca como hasta ahora ha habido tantos partidos en el Parlament, y a punto ha estado de entrar una octava formación, la xenófoba PxC
El cambio de unos y otros ha empezado y no puede dar marcha atrás. Los socialistas tenemos ante nosotros una ardua tarea si queremos frenar la tendencia negativa. El President Montilla fue muy claro en la noche electoral. Ahora toca reflexión y cambio, dijo sin temblarle la voz y con claridad meridiana. Todos sabemos que la reflexión no es fácil con las heridas abiertas, el cambio necesario, tampoco, pero la realidad de los resultados electorados nos invita a ello.
Hace poco, un viejo amigo mío me decía que cuando los barcos zozobran peligrosamente y tienen riesgo de hundirse, los primeros que abandonan el barco son las ratas. La expresión, en perspectiva electoral, quizá sea un tanto cruel, pero ilustra un cierto sentimiento popular ante los desastres. Y me lo decía al observar lo que sucedió en las filas populares cuando perdieron las generales en 2004, y similar con los convergentes en 2003 y 2006. Las derrotas, decía mi amigo, depuran las fidelidades. Los que siempre han estado (llueva, truene, haga frío o calor) continuarán estando y los que lo han hecho por mero oportunismo personal abandonarán.
La catarsis y refundación ha llegado ahora a los socialistas. En estos momentos, cuando el barco socialista ha quedado dañado, hay que remar, porque los motores no funcionan bien, y luchar como nunca, arremangarse para achicar agua, mantenerse como podamos a flote, y poner rumbo al dique seco para reparar la nave. Necesitamos nuevos planos para reconstruirla, líderes nuevos y equipos renovados. Sin perder nuestra esencia, y nuestra historia, debemos reflexionar sobre los últimos años y sobre los próximos. Y debemos hacerlo ya, sin esperar al siguiente congreso ordinario. Si tardamos en reaccionar, una nueva ficha de dominó puede tambalearse en los comicios inmediatos: las municipales y autonómicas de 2011.
No nos engañemos, la respuesta a la crisis precisa liderazgo y visión y tanta dosis de política como de mercado. No hipertrofiar el mercado a costa de la política. Necesitamos más política que nunca y ofrecer respuesta a los problemas de la gente. El electorado no se moviliza con caras bonitas, sino con un liderazgo próximo que trasmita confianza y esperanza en nuestras posibilidades, que resuelva problemas. Un dato final. En el área metropolitana de Barcelona, el PSC cede a CiU el primer lugar en 12 municipios, entre ellos Montcada i Reixac. Esto debe dar lugar a una reflexión sobre el liderazgo del proyecto socialista en muchos de ellos. El cambio, queramos o no, se está produciendo. Ha empezado para todos.