Decía en el anterior artículo que los partidos de derecha quieren hacer de la inmigración su caballo de Troya en las próximas elecciones. Si prospera esa táctica todo ello puede afectar negativamente a los importantes esfuerzos que están llevando a cabo en infinidad de municipios de Catalunya y de España por la convivencia, apostando por políticas efectivas de inmigración, solidaridad y cooperación entre culturas. Sabemos que la confianza es muy volátil. Cuesta mucho afianzarla, pero a la primera de cambio, se pierde. Muchos de los partidos que atizan ese miedo atávico quieren que esa confianza que tanto nos está costando conseguir se rompa.
El PP está llevando a cabo toda una campaña consistente en que los Plenos municipales aprueben su propuesta: que los Ayuntamientos incriminen y delaten a los inmigrantes que se encuentren en situación irregular. En definitiva que seamos los chivatos, los delatores. Evito reproducir la actitud torticera de determinados concejales y concejalas de la oposición cuando en el Pleno municipal del Ayuntamiento de Montcada i Reixac defendían ese planteamiento.
Comparto con la directora general de Integración de los Inmigrantes del Ministerio de Trabajo e Inmigración, Estrella Rodríguez, que la sociedad española ha sido muy receptiva al fenómeno migratorio y la mayoría de los ayuntamientos están haciendo un importante trabajo para favorecer la integración, pero es un proceso largo y complejo y la obligación de los responsables políticos es acompañarlo, invertir en él y poner las condiciones para que transcurra con normalidad.
A pesar que los partidos de derechas se oponen a ello, debemos seguir trabajando para vertebran bien nuestras sociedades. Evitar la demagogia en el tema de la inmigración y desear que los discursos xenófobos calen lo menos posibles, porque los perjudicados no son solo los inmigrantes, sino todos nosotros y nuestro propio sistema de convivencia.
Como indicaba recientemente el portavoz municipal del PSC Carlos Guijarro en el Pleno municipal del Ayuntamiento de Montcada i Reixac, el PP hace de la inmigración, política; y de lo que se trata es hacer políticas de inmigración. Los del PP tienen, además, muy mala memoria porque cuando Mariano Rajoy era Ministro de Administraciones Públicas con Aznar, afirmó que en el padrón municipal deben estar dadas de alta las personas que habitan en el municipio, sean nacionales o extranjeras y estén regularizadas o no. Otro diputado del PP, éste en el Parlament de Catalunya, como fue Francesc Vendrell, también indicó que los políticos que hacen populismo en temas tan serios como la inmigración deberían dedicarse a otra cosa. Qué hipocresía, ¿verdad?
La inmigración no se puede utilizar de forma electoralista, hacerlo es irresponsable, letal para la convivencia y no sólo no soluciona nada, sinó que contribuye a empeorar las cosas. Una verdadera irresponsabilidad.
El PP está llevando a cabo toda una campaña consistente en que los Plenos municipales aprueben su propuesta: que los Ayuntamientos incriminen y delaten a los inmigrantes que se encuentren en situación irregular. En definitiva que seamos los chivatos, los delatores. Evito reproducir la actitud torticera de determinados concejales y concejalas de la oposición cuando en el Pleno municipal del Ayuntamiento de Montcada i Reixac defendían ese planteamiento.
Comparto con la directora general de Integración de los Inmigrantes del Ministerio de Trabajo e Inmigración, Estrella Rodríguez, que la sociedad española ha sido muy receptiva al fenómeno migratorio y la mayoría de los ayuntamientos están haciendo un importante trabajo para favorecer la integración, pero es un proceso largo y complejo y la obligación de los responsables políticos es acompañarlo, invertir en él y poner las condiciones para que transcurra con normalidad.
A pesar que los partidos de derechas se oponen a ello, debemos seguir trabajando para vertebran bien nuestras sociedades. Evitar la demagogia en el tema de la inmigración y desear que los discursos xenófobos calen lo menos posibles, porque los perjudicados no son solo los inmigrantes, sino todos nosotros y nuestro propio sistema de convivencia.
Como indicaba recientemente el portavoz municipal del PSC Carlos Guijarro en el Pleno municipal del Ayuntamiento de Montcada i Reixac, el PP hace de la inmigración, política; y de lo que se trata es hacer políticas de inmigración. Los del PP tienen, además, muy mala memoria porque cuando Mariano Rajoy era Ministro de Administraciones Públicas con Aznar, afirmó que en el padrón municipal deben estar dadas de alta las personas que habitan en el municipio, sean nacionales o extranjeras y estén regularizadas o no. Otro diputado del PP, éste en el Parlament de Catalunya, como fue Francesc Vendrell, también indicó que los políticos que hacen populismo en temas tan serios como la inmigración deberían dedicarse a otra cosa. Qué hipocresía, ¿verdad?
La inmigración no se puede utilizar de forma electoralista, hacerlo es irresponsable, letal para la convivencia y no sólo no soluciona nada, sinó que contribuye a empeorar las cosas. Una verdadera irresponsabilidad.