divendres, 15 de gener del 2010

La cementera Lafarge: de oca a oca y tiro… ( y 2)


Como decía en la reflexión anterior, últimamente, estamos viviendo en la ciudad diferentes episodios políticos relacionados con la cementera Lafarge. Algunos bien curiosos. El pleno extraordinario del pasado 14 de enero nos permitió ver con claridad el papel político que cada grupo municipal representa en este tema. Pondré algunos ejemplos. El Partido Popular, que hasta hace poco defendía que Cementos Lafarge operase en nuestro territorio con total tranquilidad, porque generaba riqueza y puestos de trabajo, ahora se mueve en un oportunismo demagógico, tan visible como grotesco. Que si sí, que si no, que si no, que si sí. Malpensados dicen que el populismo de los del PP ya no cuela y que querer rascar votos en un feudo de izquierdas, como es el barrio de Can Sant Joan, un descaro que desacredita el supuesto acercamiento. A IC-V, en boca de su portavoz, el Sr. José Maria González, tampoco le salen las cuentas. Tiene ante sí una buena papeleta. Su partido es el que gestiona la Conselleria de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat de Catalunya, con el Conseller Francesc Baltasar como máximo responsable de autorizar o no la quema de este o aquel combustible para el horno de la cementera. ¿Qué es lo que pasa? Uno dice una cosa y el otro, otra. Todo un lío dentro de su partido que no hay quién se entienda. Iniciativa quiere nadar y guardar la ropa en este tema, pasar de puntillas. El caso de ERC tampoco deja de sorprender. Siempre ha planteado su cierre a cualquier precio, de forma inmediata y saltándose a la torera los derechos de la propia empresa, de los trabajadores o incluso las competencias que son de la Generalitat de Catalunya. En cambio, en el Pleno del 14 de enero, midió sus palabras como nunca, haciendo malabarismos lingüísticos y políticos para salir del paso. En fin, el tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio.
Los socialistas y las socialistas no hemos cambiado nunca nuestra línea argumental. Siempre nos hemos posicionado claramente a favor de la salud y de los puestos de trabajo, así como del control de las emisiones de Lafarge y de cualquier empresa que opere en el municipio. Me inquieta que alguien trate a la ligera el riesgo que todo esto representa sobre los puestos de trabajo. Nos preocupa la calidad de vida de los ciudadanos que viven y trabajan en Montcada i Reixac. Desde siempre lo hemos tenido muy claro. Con la fábrica Valentine luchamos por preservar la actividad económica en el municipio y conservar los puestos de trabajo. Con la antigua Intorsa, y después, Daicolorchem, como recientemente con Aismalibar hemos luchado con los trabajadores y con los comités de empresa para intentar preservar los puestos de trabajo. No siempre los resultados nos han acompañados, pero siempre hemos intentado preservarlos y lo continuamos haciendo.
En un tema como éste, y como Alcalde, debemos exigir que la Generalitat de Catalunya ofrezca las máximas garantías de que las emisiones o el tipo de combustible que se utilice, se diga como se diga, sea inocuo para la salut de los ciudadanos. Debemos exigir estudios independientes que nos aseguren que la salut está protegida y que no están envenenando a nadie. Debemos ser reflexivos, serios y responsables con todo este tema y no generar alarmas sociales ni por los defensores ni por los detractores de la cementera. Nuestra obligación es preservar y proteger la salud de las personas y asegurar la calidad de vida de los ciudadanos. No vale la demagogia ni el oportunismo político de los partidos políticos para rascar votos. Sólo vale la objetividad de los estudios que nos deben asegurar que la actividad de la cementera es compatible con el resto de actividades y con la convivencia en la trama urbana. Esto no es un juego de azar, no es juego de la oca, como muchos parecen entender. Dicho esto, nadie duda que a medio y largo plazo deba debatirse el futuro de la cementera, una actividad que como ésta es una excepción dentro de las áreas metropolitanas, y más dentro de un núcleo urbano como es el de Montcada i Reixac. Todo se andará.