dijous, 15 d’octubre del 2009

Paso firme en el País Vasco

Los acuerdos y la convergencia en los intereses generales en el País Vasco avanzan con paso firme. La equiparación del llamado concierto vasco, es decir la similitud legal de las normas tributarias vascas a las leyes del resto de comunidades autónomas sigue la dirección y el ritmo correcto. La colaboración entre el gobierno de Patxi López y su socio de gobierno, el popular Antonio Basagoiti, es positiva, fiel e institucional. Aún así, Basagoiti afirmó recientemente que se sentía algo desautorizado por su partido en Madrid, y que en los próximos meses intentaría convencer al presidente de los populares, Mariano Rajoy, y a la opinión pública de la necesidad de equiparar las normas fiscales vascas y defender el concierto vasco. Mientras tanto, y cuando se votaba en el Congreso de los Diputados la equiparación del dicho concierto, los tres diputados populares vascos abandonaron el salón de plenos del Congreso para no ser tachados de desleales por su partido, porque éste votó en contra.
Más allá de estas anécdotas, es importante destacar cómo la agenda política del País Vasco tiende a normalizarse después del impacto de las elecciones del pasado 1 de marzo. No hay duda que la asignatura pendiente es la normalización de las relaciones. El debate sobre el concierto vasco o la presencia institucional del gobierno vasco el día del Pilar en el paseo de la Castellana van en la dirección correcta. No pasa nada si estás, como fue el caso de la representación del gobierno vasco, y no pasa nada si, por lo que sea no puedes estar, como el caso del president Montilla
Mientras todo esto se va normalizando, otros asuntos siguen generando incógnitas. Por ejemplo, no estoy del todo seguro que el acoso político y policial que está teniendo la izquierda abertzale civilizada sea positivo para la marcha del País. De lo que se trata no es de marginar sino de integrar, no de criminalizar las siglas de partidos o sindicatos legales sino el comportamiento de sus dirigentes o sus líneas estratégicas. El acoso indiscriminado a los abertzales genera más abertzales indiscriminados.