Hace escasos días se celebró en Calafell la asamblea anual de la Federació de Municipis de Catalunya (FMC) con un tema central: la financiación de los ayuntamientos. La fotografía recoje un momento de la votación en asamblea.
Desde hace años venimos llamando la atención de los gobiernos centrales y autonómicos para reformar el sistema de financiación de los entes locales. Se precisan medidas urgentes para hacer frente a los efectos de la crisis. Los ayuntamientos se encuentran en una situación límite. La caída en picado de los ingresos, el elevado gasto de mantenimiento de los servicios que se han venido asumiendo y el repunte del gasto social para dar respuesta positiva a las situaciones de personas afectadas por la crisis, hace que la situación de muchos ayuntamientos sea desesperada.
Financieramente hablando, el 2009 ha sido uno de los años más duros que se recuerdan desde las últimas décadas. El 2010 no será menos. La preocupación es alta en el mundo local. Algunos ayuntamientos manifiestan una gran inquietud por los años venideros. Desde Montcada i Reixac también nos unimos a esta inquietud. De no intervenir, la situación financiera se puede agravar. Habrá muchos ayuntamientos que no tendrán capacidad para hacer frente a los gastos y obligaciones concretas a través de los contratos de servicios.
Son muchos los consistorios que a finales de septiembre, e incluso antes, han cerrado el gripo de pagos de este año por falta de liquidez. A la práctica, esta situación significa que muchos proveedores no podrán cobrar y, en casos extremos, éstos pueden dejar de suministrar servicios por falta de pago, soportando un impacto negativo en su cuenta de resultados y la inestabilidad laboral que provoca. El resultado de todo esto es que puede peligrar la prestación de servicios básicos como la iluminación o la recogida de basura. No es el caso de Montcada i Reixac, pero si de muchos otros municipios con una situación financiera crítica. La administración local vive inmersa en el día a día, en la cotidianidad, en la relación directa con los vecinos y vecinas. Esta situación tensiona como nunca las ya reducidas finanzas locales. Además los ayuntamientos, de media, destinamos a servicios y actividades de prestación de servicios no obligatorios aproximadamente el 30% del total del gasto municipal. El estado o las autonomías han ido transfiriendo competencias a los ayuntamientos pero no recursos. El colapso financiero ha llegado con esta crisis. Es imprescindible resolver la financiación local. Es necesario que las aportaciones del estado a las arcas municipales pasen del 13% del total de los ingresos al 25% o 30%. Se ha de establecer un calendario para reformar el sistema de financiación, contemplando la posibilidad que aquellos ayuntamientos que lo precisen puedan llegar hasta el 130% del límite del endeudamiento, y que ahora está sujeto al 110%. Y contemplarse la posibilidad de mayor flexibilidad a la hora de cerrar los ejercicios económicos.
Los ayuntamientos hemos asumido muchos gastos por competencias que no son nuestras y esto, junto con el impacto de la crisis, esta poniendo a las haciendas locales al borde del precipicio. De no hacer nada, 2010 será peor para las arcas municipales que 2009. La situación es más grave de lo que muchos creen.