dilluns, 26 d’octubre del 2009

30 años del Estatuto de Gernika


Estamos de celebración en el País Vasco. El 25 de octubre de 2009 se ha conmemorado los primeros treinta años del Estatuto de Gernika. Pero no todo el mundo se alegra. Aquellos que se irrogan las supuestas esencias vascas han querido dar la espalda a los actos de celebración. PNV, Aralar, EA y EB rechazaron la invitación a la recepción que el lehendakari convocó el domingo 25 de octubre. El Día de Euzkadi se ha planteado como el día del pueblo vasco, una celebración cívica, ciudadana y de encuentro fraternal. Pero son muchos los interesados en boicotearlo.
En el País Vasco aquello de que cuando las cosas van mal la culpa es de los otros, y cuando van bien, casi siempre, es por méritos propios, cobra, como nunca, carta de naturaleza. Al gobierno de Patxi López, con poco más de 6 meses en Ajuria Enea, le quieren echar a sus espaldas la responsabilidad que durante 30 años ha tenido el PNV de no desarrollar suficientemente el Estatuto de Gernika y por no haber conseguido en esos 6 meses de gobierno las 36 competencias que aún están pendientes de transferir y que el PNV, que gobernó ininterrumpidamente durante treinta años, fue incapaz de conseguir. Triste, hipócrita e injusto, ¿verdad?
Después de tres décadas de la celebración del referéndum que dio vía libre al estatuto vasco, los partidos nacionalistas no dejan de acosar e intentar desacreditar cualquier acción que parta del gobierno de Patxi López, por mínima que sea, o por protocolaria que resulte.
Los Garaicoetxeas, Ardanzas, Urkullus, o Ibarretxes creen ser los únicos que tienen ese pedigrí político para satanizar a unos (los que no son como ellos) y ensalzar a otros (los que llevan sus apellidos). Pero por fortuna, los tiempos cambian, hay un nuevo relevo político, con nueva sabia, nuevos nombres y apellidos, y nuevos hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, formados y preparados que están tomando el relevo político en el País Vasco.
Patxi López está siendo la diana de todas las críticas de buena parta del nacionalismo irredento que no soporta ver que una persona de la izquierda del Nervión sea capaz de liderar el nuevo gobierno vasco, capaz de asumir riesgos, generando acuerdos sólidos, e impensables hasta hace poco, con el firme compromiso de erradicar la violencia, de sentar puentes de diálogo a la izquierda abertzale civilizada y de tratar por igual a los iguales.
Treinta años del Estatuto de Gernika es una excelente celebración para que todos los vascos y vascas compartan juntos los logros de estos años y los grandes retos de los tiempos actuales. Zorionak!!