En cualquier proceso electoral normalizado las elecciones son la mayor liturgia democrática a la que concurren partidos políticos, ciudadanos y medios de comunicación. En Catalunya, se celebrarán elecciones al Parlament de Catalunya después del verano, y elecciones municipales el 29 de mayo de 2011. El disparo de salida se ha dado hace tiempo. En esta reflexión quiero detenerme en ciertos partidos políticos y candidatos que han venido apareciendo últimamente, y a los que yo denomino partidos trampa, o candidatos trampa. El invento de Laporta con el que pretende presentarse a las elecciones al Parlament de Catalunya, le siga o no Carretero, es un ejemplo.
De un tiempo a esta parte están apareciendo nuevas caras y partidos políticos que se presentan como novedosos e ilusionantes. Con el tiempo, la mayor parte de las veces, no dejan de ser un bluf alrededor de alguna personalidad que, por una u otra razón, ha llamado la atención de los medios de comunicación. Montserrat Nebrera con su nuevo partido Alternativa de Govern, tras su paso por el PP, es otro ejemplo reciente. Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, fue de los primeros. Un partido españolista, de derechas, de estética y envoltorio vistoso, con jóvenes y apuestos candidatos, de oratoria fácil, celofán llamativo y mucho confeti, pero con poco contenido. Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía es un claro ejemplo de partido trampa, Alternativa de Govern posiblemente también, llenos de candidatos trampa como UPyD.
Lo que yo llamo partidos trampa, o candidatos trampa, son aquellas iniciativas políticas que esconden voluntades diferentes a las que manifiestan públicamente. Son partidos o cabezas de lista que, en cierta manera, se nos presentan como apolíticos, interclasistas, y no ideológicos. Es como si alguien en una pista de baile, con una estética asexuada, con una edad imposible de conocer, y con una personalidad difícil de concretar, se nos presentara delante de nosotros y se nos ofreciese como pareja de baile ¿bailaría usted con una persona así? Yo no, y no es porque tenga pareja, sinó porque no sé que hay tras esa apariencia. Yo desconfiaría de aquellos que dicen que son neutrales, imparciales y que no tienen ideario, que no tienen ideología. Si eso es verdad, lo que me preguntaría es ¿qué intereses reales le mueven a presentarse a unas elecciones y para hacer qué?, y si es mentira ¿qué ocultan?, ¿por qué mienten?
Los partidos trampa y la mayoría –no todos– de candidatos trampa, se nos presentan ante nuestros ojos con una cuidada puesta en escena, protectores y salvadores de la patria, defensores de las esencia democráticas, como los Mesías de la política. Mentira y más mentira, encantadores de serpientes, prestidigitación política para llamar la atención de unos cuantos.
Lo que mejor ilustra todo lo que estoy diciendo es la historia reciente de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía que narran los hechos que siguen para que todo el mundo conozca, destape, y desenmascare a los partidos trampa y a los candidatos trampa. Son éstos. Un año después de concurrir a las elecciones al Parlament de Catalunya de 2006, Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía entró en una crisis interna de la que todavía no ha salido y que dio como resultado que la mayoría de dirigentes, o bien abandonasen el partido para engrosar las filas del Partido Popular, o bien para pasasen a las filas de UPyD. Tanto monta, monta tanto. Todos ellos se mueven en una órbita de derechas.
Esto es un aviso a navegantes. Que nadie se engañe y después nadie se queje. Se mueven en la órbita de los intereses personales, de la derecha más camaleónica, son francotiradores resentidos con odios atávicos hacia los partidos de toda la vida. En Montcada i Reixac, uno de estos partidos trampa, con candidato trampa, está llevando a cabo una operación parecida, en la que alardea de limpieza y asepsia, cuando, por fortuna, no engañan a nadie, todo el mundo los conoce. Nos conocemos casi todos y el fin no justifica los medios. Hay que ir al tanto a quién elegimos de pareja de baile.