dissabte, 26 de febrer del 2011

La planificación estratégica no es una carta a los Reyes (1)

Hace unos días coincidí con varias personas de Montcada que han participado, y algunas continúan haciéndolo, en la elaboración del Plan Estratégico de Montcada. Me confesaron, entre sorprendidas y decepcionadas, que algo no se está haciendo bien cuando se habla de planificación estratégica en la ciudad. Explico todo esto porque, recientemente, el Ayuntamiento de Montcada i Reixac ha presentado lo que ha dado en llamar una actualización del Plan Estratégico de la ciudad. Yo, con todo el respecto del mundo, sin querer molestar a nadie, pero con la humilde modestia de haber sido el impulsor de las diferentes etapas de planificación de ciudad en los últimos doce años, quisiera hacer algunas aportaciones al respecto. La primera, y fundamental, es que planificar es proyectar la ciudad hacia escenarios con mayor riqueza social, no es escribir una carta a los Reyes. Planificar no es listar las cosas que pides para que te las traigan. Planificar es hacer cosas para ir hacia el escenario que quieres encontrarte en el futuro, porque nadie te va a traer nada sin tu iniciativa. Todo el mundo sabe escribir una carta a los Reyes, pero de lo que se trata es de saber ver las verdaderas decisiones que influirán en la calidad de vida de la ciudad y de los ciudadanos. En definitiva, la visión integral de la realidad urbana no se circunscribe únicamente a la planificación urbanística (uso de suelo infraestructuras urbanas, etc.), el objetivo de la planificación es alcanzar, por encima de todo, una mayor competitividad económica y una mayor calidad de vida.
Las ciudades son motores de cambio y como tal deben proyectarse hacia él. Las ciudades son de las personas y para las personas, las que las habitan, las que las visitan y las que trabajan en ellas. La planificación estratégica de las ciudades debe inspirarse en las nuevas y buenas ideas, ni sólo en las buenas intenciones. No basta decir que queremos una ciudad moderna y sostenible hay que saber decir qué harás, qué pasos tomarás, en qué plazos, cómo se financiará y con quién contarás para ello.
Las personas vivimos en tramas urbanas compactas y densas con una utilización del territorio muy intensivo. Es decir, precisamos y utilizamos espacios comunes y públicos, nos movemos más que nunca y reclamos repuestas a los nuevos retos urbanos.
Los beneficios de una buena planificación estratégica se pueden enumerar. Ofrece una visión global e intersectorial del sistema urbano a largo plazo. Identifica tendencias y anticipa oportunidades. Formula objetivos prioritarios y concentra recursos limitados en temas críticos. Estimula el dialogo y el debate interno. Genera consenso y compromiso comunitario para la acción. Fortalece el tejido social y la movilización social. Promueve la coordinación entre administraciones. Implica a la iniciativa privada, y, particularmente, amplía la perspectiva política y social.
Por lo que hemos podido leer en el documento que habla de la actualización del Plan Estratégico de Montcada i Reixac, nada de esto aparece con claridad y observamos demasiadas lagunas o incógnitas que no dan respuesta satisfactoria a los grandes temas de ciudad.